1. We are sad, we are tired, we feel betrayed, we need a rest
    But we will not stop fighting to restore the NHS
    Even as the Con Dems destroy it
    "
    Trisha Greenhalgh ( @trishgreenhalgh)

    El pasado martes y tras más de un año de intensos y acalorados debates en las mejores revistas científicas británicas, David Cameron consiguió aprobar the Health and Social Care Bill, la ley que abre la puerta a la privatización del National Health Service, y en definitiva, a la demolición de un modelo sanitario ( el sistema nacional de salud) que fue modelo de referencia durante el último siglo. Mientras un  21 de marzo (de 1946 ) Aneurin Bevan informó de la constitución del NHS, otro 20 de marzo ( pero de 2012), Cameron promulga la ley que posiblemente acabe con él. El modelo que inspira la reforma parece ser el americano, uno de los países del mundo con mayor porcentaje de PIB dedicado a gasto sanitario del mundo, y que sin embargo mantiene  a un amplio porcentaje de su población sin cobertura sanitaria alguna. Como es fácil suponer, el que de verdad triunfa es el invisible mercado y los intereses de los grandes lobbies relacionados con la salud como negocio: compañías farmacéuticas, grandes aseguradoras privadas, tecnológicas que monopolizan los polígonos de la salud, o consultoras privadas como McKinsey .
    La noticia, de amplia repercusión lógicamente en los medios de comunicación británicos, no ha tenido ninguna repercusión en los medios españoles, incluidos aquellos que se hacen llamar progresistas, y que tan preocupados aparentan estar por el mantenimiento del sistema nacional de salud.
    The Health and Social Care Bill no solamente ha puesto en la picota en el Reino Unido a la derecha, que ha sacado la ley adelante con la oposición frontal de la abrumadora mayoría de profesionales sanitarios, sino a su socio de gobierno (el partido liberal demócrata de Nick Clegg que ha traicionado escandalosamente sus principios esenciales) y también al laborismo moderno de Tony Blair y su tercera vía, responsable de abrir la puerta del corral para que entrara el lobo.
    Mientras tanto los partidos políticos españoles andan tirándose a la cabeza el copago, fantástico señuelo que tiene entretenidos a unos y a otros, con esa afición tan española de simplificar las cosas y considerar que atacar el copago es síntoma de progresismo, como si no existiera copago desde hace décadas. Una demostración más de lo que Meneu y Peiró llaman  "la vergonzante y reiterada exhibición de impudicia de nuestros legisladores". que han sido incapaces de abordar el desatino que supone mantener "una prestación farmacúetica financiada agregadamente con recursos públicos de manera casi total (95%), pero compatible con un copago nominal muy elevado (40%), y sumamente injusto en su distribución", como señalan ambos en  el capítulo que escriben en la  Refundación de la Atención primaria de Vicente Ortún..
    Decía Napoleón que cuando el enemigo anda equivocado conviene no distraerle, y eso deben pensar los muñidores en la sombra de la verdadera reforma que posiblemente nos espere, si no somos suficientemente sensibles para interpretar las señales de humo que nos llegan desde Gran Bretaña. A pesar de que el gasto sanitario privado supone ya cerca del  30% del total en España ( 10 puntos porcentuales más que el Reino Unido),  y a pesar de que las concesiones administrativas a los sospechosos triángulos que forman constructoras, entidades bancarias y por supuesto aseguradoras privadas, prosiguen su proceso de diseminación de metástasis en el cuerpo enfermo del Sistema Nacional de salud, nadie parece prestar atención a las consecuencias que podría tener para nuestro sistema una reforma como la inglesa.
    Hoy he coincidido con un colega británico de la Universidad de Sheffield en el marco del Comité Académico de nuestro proyecto común, el Máster en Salud Pública Europubhealth. Le pregunto sobre las consecuencias de la ley aprobada por Cameron. Me responde que es una tragedia. Me confirma que la mayoría de la profesión ( médicos, enfermeros, farmacéuticos) está en contra. Y que por desgracia el proceso de destrucción puede ser irreversible. Sin embargo la población no es consciente de los tiempos que se avecinan: ha calado la idea de que la competencia es buena (cualquiera piensa en las compañías de móviles), pero la introducción de compañías privadas no implicará competencia en calidad, sino en costes. Se están cerrando hospitales, están aumentando las listas de espera, se está deteriorando la calidad ( más del 40% del staff del NHS no recomendaría los servicios sanitarios a sus familiares). La población británica no ha estado suficientemente informada de lo que se avecina.  ¿La nuestra?. Aún menos.

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  2. Family Medicine Revolution= Masa X Amplificación.
     
    En el Congreso Regional de la Conferencia Ibeoamericana de Medicina Familiar ( CIMF) al que me refería en el último post tuve el privilegio de conocer a la Dra. Viviana Martínez- Bianchi. Viviana es una médico de familia argentina que lleva muchos años trabajando en Estados Unidos. Actualmente es Vice Directora de la residencia en Medicina Familiar del Departamento de Medicina Familiar y Comunitaria de Duke University, en Durham, Carolina del Norte.
    En dicho congreso realizó una magnífica presentación sobre su programa de residencia, sustentado en tres pilares fundamentales: la excelencia clínica en el tratamiento de los individuos, la atención a la salud comunitaria y poblacional y el desarrollo de un liderazgo indispensable para el cambio. La primera preocupación en Duke es formar clínicos excelentes, algo que demandan los propios residentes: si no eres un buen clínico, difícilmente vas a adquirir el prestigio en la comunidad cuya salud aspiras a mejorar. Pero un residente de medicina de familia debe tener un enfoque poblacional que no suelen tener el resto de especialistas. Dos ejemplos de intervenciones en este sentido son especialmente relevantes: las rondas hospitalarias en la comunidad, cuyos objetivos son identificar el motivo de ingreso y como podría haberse evitado (estrechando los nexos entre el hospital y la atención primaria) y el mapeo geográfico de los problemas de salud en la comunidad para realizar intervenciones ( esta Alma Ata, no me mata).
    Pero el tercer pilar del programa es identificar y potenciar a los futuros líderes de la medicina familiar entre los residentes. Los que deberían fortalecer la medicina de familia como opción de vida, como alternativa de futuro en un sistema sanitario que, al igual que el nuestro, tiene enormes dificultades para conseguir que los mejores estudiantes elijan medicina familiar.
    El interesante libro La Refundación de la Atención Primaria de Vicente Ortún, incluye un interesante capítulo del propio editor,Beatriz González López- Valcárcel y Patricia Barber que tiene un título suficientemente elocuente: ¿Por qué los médicos huyen y rehúyen la medicina de familia? En el describen un estudio realizado entre 978 alumnos de sexto de medicina de universidades españolas, en el que cerca del 20% de ellos elegiría medicina familiar entre sus tres primeras opciones, ocupando el segundo puesto en popularidad tras Pediatría. Si no se tienen en cuenta los aspecto económicos y laborales,aún son más los que consideran que esta especialidad es la que más les gusta. Sin  embargo, ello contrasta gravemente con las elecciones reales de los candidatos a MIR: en la convocatoria 2010-11 solo el 5% de los residentes españoles que eligió medicina de familia estaba por debajo del número 3.419. Pero lo más grave es que la situación se ha deteriorado significativamente en la última década, bajando la medicina de familia del puesto 38 de 47 (convocatoria 2004-5) a 44 de 47 (2010-11).
    ¿Razones? Suele invocarse el dinero y las posibilidades de alternativas laborales en el sector privado. Pero en un país en que la mayor parte de oferta es pública y las retribuciones entre primaria y hospitales son cada vez más parecidas, posiblemente no sea esa la causa principal:l os residentes consideran que la medicina de familia tiene desventajas muy pronunciadas en reconocimiento ( de colegas y pacientes), y de la sociedad en su conjunto, con escasas posibilidades de desarrollo profesional.
    Podemos esperar sentados a que el Ministerio o los consejeros de las comunidades autónomas (todos ellos tan sensibles a la medicina de familia) tomen medidas de discriminación positiva. En Estados Unidos, donde las necesidades de médicos de familia serán enormes en caso de acabar saliendo adelante la reforma Obama, son cada vez más conscientes que se necesita una Revolución, generada desde los propios residentes en medicina familiar: destinada a estar presentes en las cámaras legislativas, a actuar activamente en medios y redes sociales ( en los que el papel de Twitter es fundamental), y generar sana agitación y propaganda. El movimiento de Family Medicine Revolution, originado en California, pero con presencia creciente en el país, es una muestra de ello. La revolución, como siempre ha sido, la deben liderar los jóvenes, los que ahora son estudiantes y residentes. Y los médicos de familia veteranos, como muy bien hacen en Duke, deben fomentar ese proceso de liderazgo. Como señala la Dra Martinez-Bianchi en su comentario al último post, practicar la técnica del “elevador speech”:¿ qué le dirías en los 8 segundos que tarda el ascensor a un político, periodista, rico o famoso, para intentar convencerle de que la medicina de familia es sencillamente imprescindible?

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  3. Estoy en la Habana, participando en el Congreso regional de WONCA América CIMF (Conferacion Iberoamericana de Medicina Familiar) . Otro congreso más de atención primaria con llamadas en cada intervención a recuperar los sagrados principios de lo que mi aingo José Francisco García llama AAMM ( Alma Ata me mata): siempre la s mismas frases, las mismas fotos de aquella famosa reunión, las mismas argumentaciones manidas.Da que pensar que las iniciativas para fortalecer la Atención primaria en el siglo XXI procedan de una declaración de hace más de treinta años. Recuerdan a las romerías de los pueblos, sacando en procesión al mismo santo y recitando las mismas oraciones a las que cada vez menos gente presta  atención.
    Tengo la suerte de compartir desayuno con Richard Roberts, el actual presidente de WONCA ( para los que no la conozcan, WONCA, además del apellido de Willy, el inolvidable personaje del cuento de Roald Dahl protagonizado en la película de Tim Burton por Johnny Depp, es la Sociedad Mundial de Médicos de Familia). Roberts es un encantador,médico de familia americano,profesor de la School of Medicine & Public Health de la Universidad de Wisconsin. Durante su mandato ha visitado más de 60 países distintos, conociendo sobre el terreno la situación real de la atención primaria en buena parte de ellos.
    Roberts conoce bastante bien la atención primaria española, no en vano ha estado aquí en muchas ocasiones, las dos últimas en Granada ( donde participó en el seminario con Iona Heath del que ya informamos) y en Alicante ( en el IV Congreso nacional de atencion a cronicos).A el le llama mucho la atención que siempre que visita los países, incluido el nuestro , suelen llevarle a conocer centros de salud ubicados casi siempre en zonas pobres, francamente deprimidas, las incluidas en el eufemismo de  “zonas de transformación social”. Y me dice que está bien, que el médico de familia debe atender por supuesto a este tipo de pacientes. Pero no solo a ellos. El médico de familia debe ser también el médico de las clases medias y por supuesto de los más ricos. Y me pone el ejemplo de Obama, en el que los cinco médicos del staff de la Casa Blanca son médicos de familia. Ya se que en general repugnan los ricos y poderosos, pero difícilmente se conseguirá mejorar la importancia social de los médicos de familia, si los banqueros, políticos, periodistas famosos y artistas no tienen confianza en los médicos de familia como principal referencia para abordar sus problemas de salud.
     Si el GP ( general practitioner) tiene ( o ha tenido hasta ahora) tanta fuerza y respeto en el Reino Unido es porque recurren a él desde el inmigrante recién llegado hasta Drogba del Chelsea o Chris Martin de los Coldplay.
    Roberts recuerda que, para convertirse en imprescindible socialmente, el médico de familia tiene un arma fundamental, casi inalcanzable para el resto de las especialidades: la capacidad de construir relaciones personales duraderas con cada paciente, basadas en la confianza. Ese debería ser el fin último del trabajo del médico de familia, más que aspirar a la plena salud física, psíquica y social de su comunidad o competir con los especialistas a ver quien indica o realiza más procedimientos complejos. Consiste en ganarse la confianza de todos y cada uno de sus pacientes para que le consulte todos y cada uno de sus problemas: a cualquier hora y en casi cualquier circunstancia. Sin embargo, el presidente de WONCA  observa una cierta tendencia de los médicos españoles a considerar al paciente en cierta forma como un adversario, casi un enemigo: se le considera a menudo otra tarjeta más, cargada por la administración sanitaria de turno ( y no reconocida), otro número más a añadir a la larga lista de consultas de cada día. Una vez más  el factor clave para construir relaciones de confianza descansa en una gestión inteligente del tiempo , que debería destinarse a fortalecer este tipo de relaciones con los pacientes. Roberts propone realizar con cada pacientes algunas visitas muy largas a lo largo del año ( en Estados Unidos ya hay iniciativas que recomiendan el estándar de 4 pacientes en 3 horas), complementadas con mucha actividad basada en el teléfono e internet. Eso sí, nadie fuera de España entiende que un paciente español visite 9 veces al año de media al médico de familia. Otra muestra más de los resultados lamentables de esa estrategia alimentada por todos ( administración, medios y profesionales) de medicalizar la vida.



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  4. Si alguien puede hablar con fundamento del funcionamiento interno de las revistas científicas sin duda es Richard Smith: Director del BMJ desde 1991 a 2004, consejero delegado del BMJ Publishing Group, y miembro del “Boards of Directors del Public Library of Science", lleva años alertando de la ponzoñosa colonización de éstas por parte de la industria farmacéutica. En su libro “ The trouble with Medical Journal", de 2006, ya denunciaba que las revistas se habían convertido en “criaturas de la industria farmacéutica”, llenas de estudios fraudulentos a menudo firmado por escritores a sueldo de la misma.
    No ha sido el único en denunciarlo. Otro Richard ( Horton) director del Lancet señalaba en 2004 que “sobre las revistas han recaído las operaciones de blanqueo de información  procedentes de la industria farmacéutica”, y Jerome Kassirer, también director, pero de New England , consideraba que “la industria ha desviado la brújula moral de muchos médicos”. Como en la magnífica película de Ridley Scott, el Alien está dentro de la nave desde hace tiempo, y amenaza con devorarlo todo.
    Smith vuelve a la carga con un artículo en Plos de título inequívoco: “ Medical Jounnals are an extension of the marketing arm of pharmaceutical companies”. La cuestión de que éstas publiciten medicamentos en las revistas es un problema menor; el verdadero problema es la utilización del prestigio de la revista para vender fármacos. Como él dice: “la calidad de la revista bendice la calidad de la droga”. La publicación de un ensayo clínico con resultados favorables para un determinado fármaco vale mucho más que miles de páginas de publicidad, lo que explica los millones de dólares que las compañías gastan en difusión de separatas de sus ensayos exitosos para distribuirlos a lo largo del mundo.
    Algo que no sería necesariamente preocupante, si esos resultados fueran fiables. Peropor desgracia no lo son: entre 2/3 y ¾ de los ensayos publicados en 4 de las cinco grandes revistas de medicina ( NEJM, JAMA, Lancet, Annals of Internal Medicine) están financiadas por la industria; y en estos caso los ensayos clínico muy rara vez producen resultados desfavorables para el fármaco del laboratorio que financia el estudio ( donde además hay cuatro veces más de posibilidades que el estudio tenga resultados favorables para la compañía que si lo realizan entidades independientes).
    Aunque es cierto que en ocasiones existe  ausencia de publicación de los resultados negativos de determinados ensayos , habitualmente no es necesario para la industria llegar a ese punto: ¿para qué llegar a esa situación tan embarazosa si con un poco de pericia pueden torturarse los datos hasta que canten lo que tienen que cantar?
    Smith señala algunos ejemplos de cómo maquina la industria para alcanzar los resultados que necesita:
    –    Conducir un ensayo frente a un fármaco que se sabe que es inferior
    –    Comparar la droga con otra en dosis insuficiente
    –    Comparar la droga con otra en dosis excesiva ( más tóxica)
    –    Conducir ensayos demasiado pequeños para mostrar diferencias con otra droga.
    –    Usar múltiples “endpoints” y seleccionar aquellos que dan mejores resultados
    –    Hacer ensayos multicéntricos seleccionando los datos de los centros que obtienen resultados favorables.
    –    Conducir análisis de subgrupos seleccionado aquellos con mejores resultados
    –    Presentar los resultados de la forma que produzca mayor impacto ( Riesgo relativo en lugar de riesgo absoluto)

    ¿Solución? Pues para Smith, y al margen de conseguir más financiación pública para ensayos ( algo que seguro le encantará al actual gobierno)  crear webs reguladas en que deberian darse de alta todos los posibles Ensayos clínicos, y puedan conocerse con transparencia sus  protocolos y resultados. Y dejar de publicar ensayos en las revistas científicas. Algo casi imposible porque un editor puede ingresar 100.000 dólares por un ensayo. Pero si no se consigue expulsar al Alien farmacéutico de la nave de la investigación ya sabemos cual será el fin de la película. 

    (Ilustración de Margaret Shear , Public Library of Science, extraido del articulo de Richard Smith en Plos)
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  5. Hemos hablado otras veces en este blog de Margaret McCartney. Médico general escocesa, tiene tres hijos y escribe habitualmente tanto en revistas científicas ( BMJ) ,como en la prensa británica (the Guardian o Financial Times Weekend). En Reino Unido las opiniones de un médico general interesan a los periódicos. En los nuestros ya se sabe que no.
    Acaba de publicar su primer libro, un libro importante: The patient paradox. ¿ Y cual es la paradoja del paciente para McCartney? Pues la tendencia creciente en las sociedades occidentales a convertir a las personas en pacientes. En ese sentido, es interesante comprobar que en el actual debate sobre la crisis del estado de bienestar y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios no aparece en modo alguno la principal razón ( a mi juicio) por la que estamos haciendo al sistema insostenible: convertir a la gente normal en pacientes, pacientes que precisan intervenciones, y que deben recibir tratamientos farmacológicos aunque estén sanos.
    Como ejemplo, hace unas semanas El Pais recogía las estrategias de Pfizer ante la expiración de la patente de Lipitor, el medicamento más vendido en la historia de la industria: “Para mantener su cuota de mercado, Pfizer lanzó un programa de incentivos para venderlo directamente a los pacientes. Pero se teme que no sea suficiente para compensar la caída de precios”. Como dice McCartney , la gente sana es el sueño de los diseñadores del marketing de la salud.
    En esta conversión de la salud en un artículo más de consumo, es fácil responsabilizar a la industria de todos los males. Pero la misión de ésta es vender fármacos y aumentar la rentabilidad de la acción para sus accionistas, no mejorar la salud. Su estrategia de medicalizar la vida no sería nunca factible sin la necesaria colaboración del resto de actores implicados en el proceso: políticos, medios de comunicación y, sobre todo, los propios médicos. Porque somos los médicos los que hemos recomendado todo tipo de pruebas de cribado sin evidencia científica de su efectividad y con riesgos evidentes para los pacientes, los que hemos recomendado y seguimos recomendando la realización de prevención primaria de la enfermedad vascular empleando tablas de riesgo sin fundamento, disminuyendo cada año los umbrales para etiquetar a alguien como hipertenso o diabético.
    McCartney no solo se centra en la cuestión de la medicalización, sino que cuestiona con sólidas evidencias científicas la mayor parte de las innovaciones introducidas en nuestro sistema en la última década: desde la obsesión por protocolizar las intervenciones ( lo que va en contra del pensamiento bayesiano, clave en el proceso diagnóstico) a los sistemas de incentivación basados en el desempeño ( que inevitablemente conducen a dejar de hacer lo que no es incentivado), desde los sistemas de alerta para la ayuda en la toma de decisiones a las actividades formativas o los congresos financiados abrumadoramente por la industria. Sin olvidar al “paciente experto “ ( sin evidencia científica de su efectividad según la revisión Cochrane de Foster y Taylor),  los sistemas de ranking de proveedores, las iniciativas de financiación privada o PFIs  (que parece ser para el Partido Popular la única forma de salvar el sistema sanitario), o el modelo de GP Commissioning del gobierno Cameron, que abre la puerta a la demolición del NHS.
    En palabras suyas,  Cuando se reemplaza la relación entre médicos y pacientes por una relación cliente-proveedor no es necesario tener un médico en la ecuación. Los clientes, en esta situación, tienen todo el derecho  a demandar cualquier cosa que deseen, no importa lo absurdo, peligroso o innecesario que sea. Algo que han potenciado con gran entusiasmo la abrumadora mayoría de responsables políticos de este país.
    Para McCartney , por desgracia, la profesión médica ha sido cómplice en la disolución del NHS. En su opinión se necesitan médicos que defiendan un profesionalismo que no esté sujeto a las modas de organizaciones benéficas, a la influencia de las compañías farmacéuticas o a los intereses de los partidos políticos. A pesar de todo ,ella es optimista, porque cree que los médicos pueden hacerlo y quieren además hacerlo.
    Una vez más tengo dudas de si eso es posible hacerlo aquí.
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  6. (Publicado en Diario Médico el 2 de marzo de 2012)

    ”We need to be constantly asking ourselves
    not why we are right, but why we might be wrong”

    Iona Heath

    El pasado mes de noviembre moría  a los 71 años el billonario americano Ted Forstmann; había fundado la empresa de capital privado Forstmann, Little &Co y tenía además importantes participaciones en grandes corporaciones como Dr. Pepper o Gulfstream. Según contaron algunos en su obituario, contribuyó de forma relevante a cambiar el modelo de negocio en Estados Unidos. Es fácilmente entendible por todo ello, que los amigos y conocidos de Forstmann fueran gente como Diana de Gales, Elizabeth Hurley o Tiger Wood.
    Forstmann murió de un glioblastoma cerebral , tumor similar al que le produjo la muerte a otro Ted (en este caso Kennedy). La noticia podría haber quedado ahí, otra desdichada muerte más, si no fuera porque  Forstmann comentó a sus amigos que el tratamiento de su enfermedad se vio irreparablemente retrasado por el error diagnóstico de su médico. Expertos consultados por los principales medios de comunicación americanos se apresuraron a valorar el caso, resaltando la incompetencia del colega que había sido capaz de confundir una meningitis con un glioblastoma ,cuando todo el mundo sabe que son cosas muy distintas, muy fáciles de diferenciar con el arsenal diagnóstico adecuado. Pero lo más interesante de la noticia es la indignación que produce en algunos comprobar que los ricos y poderosos no solo no están exentos de morir ( algo que ya se intuía), sino que además pueden desaparecer por el error de un miserable incompetente. Como se preguntaba la ABC News, “¿cómo es posible que pueda pasarle esto a un millonario, a un tipo que puede permitirse los mejores médicos, la mejor tecnología y los mejores test diagnósticos?”  En definitiva, “¿Cómo es posible que un millonario no tenga un diagnóstico perfecto?”
    La razón, como decían en aquel anuncio de pizzas, está en la masa. En la masa con la que se fabrica la “pizza” de la atención sanitaria. Y esa masa está formada por personas que inevitablemente se equivocan. Aunque no lo entiendan los millonarios.
    El excelente e imprescindible libro de Jerome Groopman sobre como piensan los médicos ( How doctors thinking), comienza con la narración del caso de Anne Dodge, una paciente que pasó quince años de su vida dando tumbos de un médico a otro en busca de alguien que fuera capaz de escucharla: etiquetada de anorexia, fue empeorando progresivamente hasta llegar a pesar 38 kilos a pesar de ingerir más de 3000 calorías al día. Hasta que un día le sonrió la suerte, y encontró a un médico que sigue pensando que “el lenguaje sigue siendo la piedra angular de la práctica clínica “, como decía Groopman. Que los algoritmos y protocolos en lugar de expandir el pensamiento de un médico, acaban por limitarlo; que el estado de animo de un médico influye mucho en su juicio; y que para diagnosticar bien a un paciente (como para la ternura) siempre debe haber tiempo ( aunque se pretenda que un médico de cabecera atienda pacientes en cinco minutos). El médico que diagnóstico a Ann Dodge de celiaquía se llama Myron Falchuk y señalaba en el libro de Groopman: “Osler decía que si escuchas al paciente él mismo te dará el diagnóstico. En cuanto te alejas de la historia de un enfermo dejas de ser un médico de verdad”.
    Falchnuk publicaba hace unos días en Kevin MD cinco recomendaciones para los pacientes destinadas a reducir (que no eliminar) errores diagnósticos cuando van al médico. Son los siguientes:
    -    Conoce bien tu historia familiar y recuérdasela al médico
    -    Plantea preguntas.
    -    No asumas que la tecnología te salvará.
    -    No confíes siempre en las pruebas diagnósticas
    -    Busca una segunda opinión.

    También para los pacientes es bueno disponer de un tiempo humanamente razonable para cada consulta. Algo más del que se emplea en atender a una oveja.
     
    (Fotografía: Ted Forstmann)
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  7. En el último post comentábamos la propaganda que hacía el Pais el pasado viernes sobre la supuesta efectividad de la determinación de sangre oculta en heces para el cribado masivo de cáncer de colon. Noticia que además de ocultar los efectos adversos que toda prueba tiene ( de la que daba fe Bonis en Twitter), ignoraba el editorial de New England Journal of Medicine en que se comentaba el trabajo de los investigadores españoles, y en el que Brettahuer y Kalager recomendaban lo contrario de lo que publicitaba el periódico: es decir, emplear como prueba de cribado la ´”cara” colonoscopia y no la “barata” determinación de sangre oculta. A nadie en cualquier caso parece importar el hecho de que el cribado de cáncer de colon, con el método que sea, no ha demostrado disminuir la mortalidad global hasta la fecha, como señalaba en un magnífico artículo en Gaceta Sanitaria Andreu Segura en 2011.
    En este sentido el  prestigioso periódico español mantiene una curiosa dicotomía editorial, parecida a la existente en el clásico cuento de Stevenson: mientras el sensato Dr Jekyll recomienda mejorar la eficiencia del sistema sanitario español para garantizar sus sostenibilidad, el desaprensivo Mr Hyde publicita cualquier invento destinado a medicalizar la vida.
    Como botón de muestra, nada mejor que revisar el amplio reportaje aparecido el pasado 4 de febrero,de titular glorioso: “Tu ADN en un día y por el precio de un iPAD”, al que seguía un subtítulo aún más jugoso: “ el vertiginoso abaratamiento de la secuenciación genética acorta los plazos para la medicina personalizada”. Ésta será una realidad ( no sabemos a que coste y para quien) cuando a los pacientes oncológicos se les haga, además de su Resonancia Magnética, un análisis genético, escenario cada vez más próximo según El Pais. Quien está detrás del “avance” es Life Technologies, propietaria del "Ion Proton,“ capaz de describir un genoma humano entero en un día, por solo 765 euros ( más barato que la unidad de medida de nuestra época, el i Pad).
    Raro resulta que se les haya escapado al periódico hacer referencia a otra interesante empresa, Life Lenght, que pese a ser una empresa americana, ofrece sus servicios de determinación de telómeros  desde sus laboratorios en España. Para el que no los conozca los telómeros son secuencias repetidas de ADN, situadas en la parte final de los cromosomas, que estabilizan a éstos , previniendo su identificación como “ ADN rotos”. En teoría los telómeros cortos o anormales pueden causar problemas cromosómicos, causantes de determinados trastornos.
    En su propaganda indican que “ los telómeros son los mejores predictores de la edad biológica, además de excelentes indicadores de salud, altamente vinculados a la aparición de enfermedades relacionadas con la edad”. Parece que este tipo de test ( si atendemos a los press release de su empresa) podrá estar pronto disponible para la adorada medicina preventiva.
    Por lo tanto, si todo marcha bien, en poco tiempo tendremos a los pacientes preguntando en la consulta sobre los valores de los telómeros. Según Maite Blasco, consejera científica de la empresa, un resultado anormal podría indicar que algo no va bien, tal vez excesivo estrés, falta de sueño, escaso ejercicio o excesivo sobrepeso.
    La magnífica Margaret McCartney , azote de charlatanes, revisa el caso en el BMJ  y señala la ausencia de pruebas sobre beneficios y riesgos potenciales de la determinación de la longitud de los telómeros en pacientes asintomáticos.
    Desconocemos si prestaciones semejantes considera el Pais que deberían incluirse en el catálogo de prestaciones esenciales, o más bien restringirse a determinados élites que pudieran permitirse el capricho de la determinación de telómeros , en lugar de la compra de la versión 3 del i Pad. En este caso, allá ellos con sus caprichos.
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  8. Fernando Liente es ingeniero y trabaja en una importante empresa de telefonía  donde desempeña un importante cargo directivo. Lector habitual de El País desde su adolescencia considera a este periódico el más riguroso y de mayor credibilidad de los existentes en España. Un buen día lee en dicho periódico una noticia de título inequívoco: “el análisis de heces detecta el cáncer como la colonoscopia”. No entiende bien si lo que quiere decir el título es que analizar las heces permite detectar cualquier tipo cáncer, por lo que lee con interés toda la noticia. Esto le permite averiguar que, según los periodistas,un simple  análisis de la sangre oculta en las heces es tan eficaz  para diagnosticar el cáncer de colon como una colonoscopia. Eso sería muy interesante, puesto que de ser así la prueba solo cuesta 2.5 euros frente a 180 de la colonoscopia ( El Pais siempre preocupado por el coste de nuestro sistema sanitario).
    A dicha conclusión llegan tras leer un reciente artículo publicado en New England por un grupo de investigadores españoles en el que (según los periodistas) a la mitad de las 60.000 personas seguidas se les propuso una determinación de sangre oculta en heces, mientras que a la otra mitad se les ofreció realizar una colonoscopia. A pesar de que solo aceptaron realizarse la prueba el 34% y el 25% respectivamente, se detectaron un número similar de cánceres en estadios precoces (33 frente a 30).
    Como el estudio se realizó en población de edades comprendidas entre 50 y 70 años, Fernando que ahora tiene 53, decide seguir las recomendaciones de su periódico favorito. Acude al especialista en digestivo de su aseguradora , quien le anima con entusiasmo a realizarse la prueba. El resultado de ésta es no suficientemente concluyente por lo que su médico le recomienda salir de dudas realizando una colonoscopia. Fernando acepta: el resultado le ha dejado algo preocupado. Por desgracia la colonoscopia se complica, y acaba produciéndose una perforación intestinal. En las radiografías realizadas se comprobó la existencia de aire intra y retroperitoneal, pero también (ante los persistentes molestias del paciente) la existencia de neumotorax, neumomediastino y enfisema subcutáneo. Tras una semana de ingreso el Sr.Liente, abandonó el hospital en excelentes condiciones, pero un poco escéptico respecto a la fiabilidad de las informaciones de su periódico. Eso sí, suspiró con alivio cuando le confirmaron que no tenía ninguna lesión sospechosa de malignidad en su colon.
    Por supuesto cualquier parecido con la realidad de este caso es pura coincidencia. No lo son tanto los efectos adversos que puede causar la colonoscopia, como se describe en otro artículo del mismo número del New England comentado. De hecho el programa británico de screening hablaba de una hemorragia por cada 150 exploraciones, una perforación cada 1500 y una muerte cada 10.000.
    Por supuesto en la citada noticia de El Pais del pasado viernes brilla por su ausencia cualquier referencia a los efectos adversos que pueden implicar la realización de este tipo de pruebas de cribado, así como al porcentaje de resultados falsamente positivos que inevitablemente conllevan.
    Hace un mes, otra revista igual de prestigiosa que NEJM, JAMA, publicaba un artículo esencial (The harms of screening), en el que de nuevo se alertaba de la necesidad de comparar los supuesto beneficios de las pruebas de cribado con los inevitables riesgos que siempre conllevan: ansiedad, yatrogenia, sobrediagnóstico, de las que muchas veces hemos hablado en este blog. En dicho trabajo de Woolf y Harris se indicaba que si se usa un test con una sensibilidad del 90% y una especificidad del 96% ( resultados bastante mejores que muchas pruebas de cribado), para detectar una condición con una prevalencia del 0.6% ( típica de muchos tipos de cáncer), el 88% de los resultados anómalos serán erróneos, de cada 1000 pacientes cribado solo 6 tendrán la condición investigada, y 40 de esos resultados serán falsamente positivos. Woolf y Harris se preguntaban: si solo 1 o 2 de los  6 pacientes con la enfermedad se benefician de una prueba semejante, ¿tiene sentido someter a toda la población a screening?   
    El trabajo de Quintero et al habla de detección de tumores, pero no de disminución de la mortalidad como consecuencia del cribado. No ya la mortalidad por todas las causas, sino ni tan siquiera en la mortalidad por cáncer de colon.
    Difícil que el Sr. Liente puede seguir confiando en el alardeado rigor de su periódico preferido.
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  9. Qué cómodo sería un mundo en blanco y negro, como este pedazo de teoría económica. No existe. En el mundo real de la toma de decisiones lo económico y real andan entrelazados. Encuéntrame un economista que diga que las decisiones sociales no tienen consecuencias económicas. Entonces, ¿cómo puede decir un economista que las decisiones económicas no tienen consecuencias sociales? Todas tienen un impacto social. De modo que los hombres de negocio que se toman en serio esta separación, causan estragos con las consecuencias sociales de sus acciones. Hacen lo que les apetece para conseguir la ganancia económica y olvidan las consecuencias sociales considerándolas como "externalidades", queriendo decir con ello que las empresas generan los costes, mientras que es la sociedad quien paga las facturas”
    (Directivos, no MBAs,2004)
    Henry Mintzberg

    Quien dijo esto difícilmente puede ser acusado de bolchevique o sindicalista ocioso. Mintzberg lleva décadas siendo uno de los pensadores más influyentes en el mundo del “Management”, además de seguir escribiendo y formando a directivos en la Universidad de McGill. Lo que también lleva años siendo, es ferozmente crítico con las escuelas de negocios y sus modelos de formación de MBAs, de los que opinaba lo siguiente en el año 2004 ,cuatro años antes del inicio de la crisis: “las mismas características que han llevado a éstos ( los MBA) a puestos tan elevados son las que han socavado su rendimiento una vez allí: son demasiado listos, demasiado rápidos, demasiado confiados, demasiado autosuficientes y demasiado desconectados”.
    No debe ser casual que el Consejero Delegado de SANITAS, Iñaki Ereño, escoja  una de las escuelas de negocios más reputadas del país, ESADE, para hacer balance de la situación de una de las aseguradoras sanitarias privadas más importantes del país, según contaban ayer en Acta Sanitaria. A fin de cuentas, interesa adiestrar  a los futuros "ejecutivos agresivos" del país  en cual es la dirección correcta.
    El Sr. Ereño, se lamentó de la falta de reconocimiento a la sanidad privada en este país, (pese a los grandes esfuerzos desinteresados que hacen por mantener la salud de la población), así como de la disminución de un 30% en margen desde que comenzara la crisis. Visto lo cual , sus propuestas son diáfanas para el que quiera escucharlas: recuperar la desgravación del 15% del seguro médico, “tender la mano” a la Administración para que pueda verse descargada de los gastos en Atención primaria ( siempre tan costosa) y pacientes crónicos y ,ya puestos, ampliar el sistema MUFACE a toda la población, habida cuenta de que el 82% de los funcionarios eligen sanidad privada ( eso sí , cuando ésta no quiere o no sabe resolver, es conveniente que los hospitales públicos acudan al rescate, para que sea la sociedad la que pague la factura, como decía Mintzberg).
    Según sus propios datos, del 10% que este país gasta en sanidad, de su PIB, el 30% corresponde a la sanidad privada, al que hay que añadir otro 10% que asume la privada de la actividad considerada “pública”, gracias a las creativas políticas sanitarias del Partido Popular en materia de partenariados público-privados ( PPP). Total, cerca del 40%. Aún les parece poco.
    Pero mientras España tiene un gasto sanitario privado del 30% ( sin contar fórmulas de provisión privada de servicios públicos), en Holanda es del 11.2% , en Reino Unido del 12.5% ( lo que quiere modificar Cameron con su proyecto de ley), y en los países nórdicos ( Dinamarca, Noruega y Suecia) no sobrepasa el 16%, según el Health at Glance de la OCDE de 2009.
    El nuevo e imprescindible blog de Juan Simó ( quien se dedica ,en su tiempo libre ,a hacer el trabajo que debería hacer el Ministerio de Sanidad si éste sirviera para algo) analizaba reciente el tópico omnipresente en los medios de comunicación ( El Pais incluido) de que “habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades). Y mientras las economías “porcinas” ( Portugal, Irlanda, Grecia, España) en los últimos 30 años han tenido siempre un gasto sanitario público por debajo de la media europea (y por debajo de su PIB) , alemanes y franceses no solo han tenido un gasto sanitario público por encima de la media europea, sino por encima también de su PIB. Se pregunta acertadamente Simó: ¿quie ha vivido entonces por encima de sus posibilidades en sanidad pública?
    Y yo me pregunto, ¿invitará alguna vez ESADE a Juan Simó a dar clase? La respuesta está en Mintzberg
    (Viñeta de El Roto en El País)
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  10. Una de las noticias más leídas durante la semana pasada en las web de los periódicos españoles fue la relativa al “derroche en tratamientos inútiles“ que sufre la sanidad pública española. La noticia informaba de los resultados de un estudio publicado en BMC Musculoskeletal Disorders por un grupo de investigadores españoles, en el que éstos analizan la  efectividad de los tratamientos  realizados en 8.308 pacientes con dolor cervical crónico, 4.693 con dolor lumbar, y  5.035 con dolor de hombro ,derivados a instituciones privadas en el periodo comprendido entre 2004 y 2007 en Canarias. El nivel de efectividad de los tratamiento utilizados se establecía en función del grado de cumplimiento de los criterios de Oxman (en el caso de las revisiones sistemáticas) y del cuestionario AGREE (para guías de práctica clínica).
    De los tratamiento prescritos el 39.88% se consideraron efectivos, el 23.06% inefectivos, el 23.66% insuficientemente evaluados y el 13.38% no concluyentes.
    El coste total de los tratamientos ascendió a 5.107.720 euros, de los cuales solo 2.069.932 se empleó en terapias consideradas efectivas. De ahí la conclusión de la importante cantidad de dinero que podría ahorrar el sistema sanitario en procedimientos ( en este caso terapéuticos) absolutamente inefectivos.
    Pocas dudas existen respecto a lo anterior. Algo que se sabe desde hace muchos años, y que por desgracia no solamente afecta a nuestro sistema. Hace una década Jane Smith decía en el BMJ : "los diferentes sistemas sanitarios siguen sin prestar tratamiento de uitlidad conocida, persisten en usar tratamientos ineficaces, continúan retrasando el momento de la atención y toleran altos niveles de error".No es excusa alguna para el uso de tratamientos inefectivos. Es algo, por desgracia, presente en la práctica clínica de cualquier especialidad y de cualquier país. Si se repitiera un estudio semejante en cualquier otra especialidad posiblemente se obtendrían resultados semejantes sobre uso de tratamientos inefectivos.
    En 2.009, Jonathan Richards, un médico general británico señalaba en un artículo en el British Journal of General Practice el siguiente conflicto de interés: “ My pay is linked to my performance” ( mi salario está vinculado a mi desempeño). El hablaba en su artículo de cuantos mm de mercurio importan clínicamente,cuantos éticamente y cuantos financieramente. Los médicos españoles reciben en su mayor parte pago por desempeño, pero no entienden que eso signifique un conflicto de interés. 
    Tampoco existen conflictos de interés para el Dr Francisco M Kovacs ( segundo autor del trabajo citado y presidente del patronato de la Fundación del mismo nombre) en su trabajo en BMC. En dicho artículo se señala en la discusión: “dejar de invertir en tecnologías no basadas en pruebas, podría permitir disponer de fondos para implantar tecnologías que no están disponibles actualmente en el servicio canario de salud a pesar de su demostrada efectividad y costo efectividad para el dolor cervical y lumbar en el Sistema Nacional de Salud, tales como la neuroreflexoterapia” (técnica desarrollada originalmente por la propia Fundación Kovacs). Para sustentar tal hipótesis se remiten a tres artículos, entre los que se encuentra una revisión sistemática incluida en la Cochrane Library que concluye lo siguiente:
    “La Neuro-reflexo-terapia (NRT ) parece ser una intervención segura y efectiva para el tratamiento del dolor lumbar bajo crónico. La eficacia es menos clara para dolores subagudos. Sin embargo, estos resultados están limitados a tres ensayos realizados por un número pequeño de clínicos especialmente entrenados y experimentados en una limitada localización geográfica.No existen datos disponibles sobre la facilidad y el tiempo requerido para adquirir la citada experiencia. Ensayos clínicos randomizados , realizados por otros profesionales , en otros emplazamientos que replicaran los efectos reportados en la revisión son necesarias antes de recomendar un uso más amplio”.
    No hace falta señalar cual es la localización geográfica,  ni quienes los experimentados clínicos. Esa era la “ demostrada efectividad” que señalaba Kovacs en su trabajo.Algo que parece no constituir un conflicto de interés.
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Sergio Minué
Granada, Andalucía, Spain
Médico. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada.
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