Agente de control antidopaje al inicio de un partido de fútbol de la Copa Mundial Femenina
El Código Mundial Antidopaje es inflexible. No perdona errores y da igual cómo llega el producto prohibido al cuerpo del deportista y si se ha tomado con mala fe para mejorar el rendimiento o, en cambio, por una administración accidental. Bien lo sabe Alberto Contador tras su reciente sanción de dos años por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en su positivo por clembuterol del Tour de Francia de 2010, a pesar de dejar claro el veredicto de que el clembuterol había llegado a su orina de forma involuntaria.
La defensa del ciclista madrileño fue un solomillo de ternera intoxicado de 3,5 kilos y el caso, por su complejidad y naturaleza, puede rear una revisión del Código Mundial Antidopajey establecer un nuevo listón, hasta ahora no planteado, para el Clembuterol. El de Pinto situó la carne en el ojo del huracán y, salvando las distancias hay otros deportistas que, lejos de las sustancias anabolizantes, buscaron otras causas. Excusas pintorescas, sin fundamento científico, para intentar justificar que no se habían dopado.
Posiblemente, el estadounidense Roburt Sallie, que ya no es jugador del conjunto de básquet patrocinado por Tarragona 2017, como sede de los próximos Juegos del Mediterráneo, no acudirá al TAS para tratar de que no le conste el positivo por testosterona que se produjo en un control antidopaje que pasó el mes de diciembre y que se debió a un medicamento que tomaba para alargar el pene y que contenía el anabolizante prohibido. El campeón olímpico y mundial de 400 metros LaShawn Merrit también cayó en la trampa del 'Extenze', y más concretamente por una hormona de nombre DHEA (conocida como la hormona de la juventud e involucrada en la producción de testosterona). No es la primera ocasión en la que un deportista alega circunstancias alejadas de la mejora deportiva cuando aparece una sustancia prohibida en su organismo. El exfutbolista Romario dio positivo por culpa de un crecepelo, el mismo argumento que defendió el tenista argentino Mariano Puerta.
Noches de sexo, cervezas y marihuana
Dennis Mitchell, uno de los mejores velocistas de los noventa (bronce en los Mundiales de Tokio ’91 y los JJ.OO. de Barcelona ’92) dio positivo por testosterona en 1998 y dijo que "la noche anterior había hecho cuatro veces el amor" y bebió "unas cuantas cervezas". La Federación estadounidense le exculpó pero la Internacional le castigó con dos años. Mejor le fueron las cosas al primer oro olímpico en la historia del snowboard. Ross Rebagliati, tras dar positivo en Nagano 1998, alegó que pasaba mucho tiempo "rodeado de consumidores habituales de marihuana" y le devolvieron la medalla aunque por otro motivo: el 'cannabis' no estaba incluido en la lista de sustancias prohibidas por aquel entonces.
Existes algunos casos más insólitos aún. Cinco jugadoras del equipo norcoreano en el pasado Mundial de fútbol femenino dieron positivo por 14 tipos de distintos esteroides. Las excusas que se dieron desde la Federeación del país fueron tan rebuscadas que afirman aquello de que la realidad siempre supera a la ficción. La explicación sostuvo que un rayo cayo cerca de donde entrenaban las jugadoras y estas se quedaron en estado de shock. Para recuperarlas, afirmaron que fueron tratadas con el líquido de una bolsa glandular que tiene en el vientre un ciervo que vive en las regiones de Siberia y Nepal.
Pasta de dientes, caramelos y sabotajes
El saltador Javier Sotomayor dio positivo por cocaína en los Panamericanos de 1999. El cubano declaró que sólo había visto cocaína “en las películas” pero su jefe de estado, Fidel Castro, fue más allá y apuntó a que todo se debió a un sabotaje de la CIA que le “envenenó”. La Federación Internacional de Atletismo le condonó la sanción “por circunstancias excepcionales”. Dos años después dio positivo con anabolizantes. Otra excusa por traición fue la que encontró Dieter Baumann, campeón olímpico de Barcelona en los 5.000 metros, cuando dio positivo en 1999 por nandrolona. Su defensa fue que “posiblemente”, algún enemigo suyo había inyectado esa sustancia en la pasta de dientes. Dijo, también, que podría tratarse de una prolongación de una costumbre habitual en la antigua RDA. La excusa no le sirvió ante la Federación Internacional, que le sancionó por dos años, pero recurrió a los tribunales ordinarios de su país, que le autorizaron a competir antes. En 2002 fue plata en el Europeo de Múnich, por detrás de Chema Martínez y por delante de José Ríos.
Aunque para contradicciones las de Simoni cuando fue expulsado del Giro de 2002 por dar positivo de cocaína. Primero dijo que fue debido a la anestesia de su dentista y luego que su tía le regaló unos caramelos para el dolor de garganta que habían sido elaborados en Perú y tenían coca. Fue declarado inocente. La misma sustancia le fue encontrada en el organismo al tenista Richard Gasquet. Sin embargo lejos de alegar conspiración alguna, el francés afirmó que era inocente y que su positivo se debía a un beso. En efecto, Gasquet indicó que estaba en una fiesta con chicas que estaban consumiento y que una de ellas le habría propiciado el resultado adverso.
La lista es bastante grande pero una de las más surrealistas fue la del ciclista Michel Pollentier, cazado en el Tour de 1978 cuando en un análisis de orina pretendió utilizar una pera neumática llena de orina limpia, conectada a un tubo oculto bajo su propio pene. No ha sido el único caso, pues también se dio el inyectar directamente orina limpia en la vejiga. Pero el caso del belga sorprendió por lo imaginativo y, a la vez, pedestre de su intento de enmascaramiento.
Por último hay justificaciones que merecen un capítulo de teleserie científico-policíaca. Tyler Hamilton tiene el dudoso honor de ser el primer deportista positivo por una transfusión de sangre homóloga (de otra persona), que se detecta gracias a la presencia de células ajenas. El ciclista alegó el síndrome del gemelo desaparecido (vanishing twin), descrito por Stoeckler en 1945, que consiste en que él fue concebido en un embarazo gemelar, pero finalmente su hermano murió durante la gestación. Eso explicaría la presencia de células ajenas en su sangre. El TAS rechazó su recurso.
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